Siempre hemos sabido que queríamos tener más hijos, pero después de lo que hemos sufrido con Jordi, nos hemos llegado a plantear si era una buena idea.
Nos costó mucho tomar esta decisión; aparecían muchos miedos cada vez que sacábamos el tema, nunca encontrábamos el momento para decidirnos ir a por ello… pero, finalmente quisimos tirarnos a la piscina!

Después de vivir todo el sufrimiento que vivimos con el peque, llegó la calma. No os imaginéis que llegó justo al implantarlo, no fue así por supuesto. La luz la empezamos a ver este verano pasado. Implantarlo fue el primer paso, pero luego llegaron más pruebas, más supuestos diagnósticos, muchísima estimulación, poco tiempo para nosotros, una dedicación plena y total para él, de la que no nos arrepentimos porque ha mejorado muchísimo, pero que también nos hizo plantear si lo mejor era quedarnos solos los tres.
Después de pasar por la guarde, donde recibió mucha estimulación, empezó a socializarse con otros niños, a decir sus primeras palabras, a mejorar notablemente el sistema motriz… y decidimos que era hora de dedicarnos un poco más a nosotros. A salir más, a cuidarnos más como pareja y a mirar un poco más por nosotros.
Personalmente pasé por una pequeña depresión cuando Jordi cumplió los dos años, me alejé de mis amistades, no quería salir de casa, no me apetecía hacer nada, estaba triste y, aunque me costó mucho volver a ser yo (de hecho creo que nunca volveré a ser la persona que era antes), empecé a ver la luz, a salir con mis amigas, a dedicarme a mi, a ir al gimnasio, mimarme… Tengo que darle las gracias a mi psicóloga que me ayudó mucho a volverme a querer, a mi marido que entendió y respetó mi tiempo y espacio y a mi familia por estar siempre al pie del cañón.

Pasé por este proceso de ‘duelo’ porque no lo saqué cuando tenía que haberlo hecho, me guardé muchas cosas para mi y me dediqué plenamente a mi hijo, poniéndome una barrera, que más tarde cuando empecé a relajarme se derrumbó y me pasó factura. Así que recomiendo a todo el mundo que pase por algo así parecido que pida ayuda, porque SI es necesaria.
En fin… aunque las pruebas genéticas de la conexina dieron negativo, aun nos falta el resultado del Arrai que hicimos hace mas de un año. Nuestro médico nos dijo que podíamos esperar toda la vida para saber una causa y no encontrarla, por lo que decidimos que de todo se sale, así que si nuestro siguiente hijo nace con hipoacusia, a pesar del dolor inicial, que es muy duro, al menos ya sabemos lo que es y el proceso no será tan difícil, aunque rezamos para que no haya ningún problema.
No nos arrepentimos de nada. Muchos nos preguntáis que si hubiéramos sabido que nuestro hijo nacería sordo si nos pensaríamos tenerlo, obviamente sin dudar, nuestra respuesta siempre ha sido la misma: Sí, volveríamos a pasar por lo mismo sin dudarlo! Porque pese a todo el dolor vivido, hemos aprendido mucho gracias a él y sabemos que tenemos el mejor regalo del mundo, por lo qué estamos muy agradecidos de tenerle.

Creo que esto lo hablé con Laura (la mami de Pep) cuando la conocí. Justo cuando nos vimos por primera vez ella acababa de ser mami de Joana, su segunda hija, y se tiró a la piscina sin tener pruebas genéticas y sin saber si había posibilidad de que su hija llevara el gen. En ese momento pensé que eran súper valientes y me explicó que, aunque Joana no era sorda, la duda la tenían y pese a ello no quisieron dejar de ampliar la familia, pues a pesar del dolor que habían vivido ya sabían lo que era.
Pues nosotros pensamos lo mismo, no queríamos privarnos de tener otro hijo por lo que habíamos vivido, y aunque teníamos muchos miedos, queríamos un segundo, un hermanito/a para Jordi. Y tachaaan…. VAMOS A SER UNO MÁS EN LA FAMILIA!!!
Estamos muy contentos pero con miedo, porque creo que esto, aunque no queramos, lo tendremos hasta que nazca el bebé, pero a la vez estamos muy felices!

¿Y os preguntaréis qué tal lo lleva Jordi? Pues aún no se entera mucho pero sabe que algo pasa. Me mira la barriga y me dice: mami aquí en la barriguita hay un bebé! Me la busca cada día, me sube la camiseta para darle besitos, la acaricia… Está tan mono ahora! Creo que esta fase es nuestra preferida; se comunica con nosotros, nos cuenta cosas, se pasa el día diciendo lo mucho que nos quiere… y aunque también está en la etapa de las rabietas, está tremendamente adorable. Ya veremos como va todo cuando llegue el bebe, de momento disfrutaremos de esta etapa.
Sempre aconsegueixes emocionarme. Felicitats família! Sou increïbles!
Me gustaMe gusta